Triatlón Juan Carlos I.

Nacho y JuanJe, corren este triatlón popular.

850 participantes en todas las categorías. Se nota que este deporte está en auge.

A nivel particular, recortando los tiempos con respecto al año pasado y disfrutando el día.

IRONMAN NIZA. FINAL DE UN PERÍODO

Bueno, ya llegados a este punto de temporada prácticamente todos cerramos o estamos cerrando un período de preparación y competición, aquello que podemos denominar macrociclo.


Algunos de los compañeros de las aventuras descritas en estos meses terminaron con la consecución de la media maratón de Madrid y tras un período de transición ya se encaminan hacia el media maratón (otros al maratón) nocturno de Bilbao.


Alberto Fidalgo (Gusi) ha concluido su temporada con un excelente 25º puesto en la Ultra-trail de Andorra de 112 km y 9000 metros de desnivel positivo en un tiempo de 25hrs 45min..



El grupito que fue a Niza como ya sabéis cumplió con su objetivo de ser finisher de un nuevo Ironman y al igual que aquellos de la media maratón tiene estructurada su temporada en dos macrociclos. (el primero conocido como el tradicional y el segundo algo más corto y que conocemos como integrado)

Sin enrollarme más en teoría del entrenamiento escribamos sobre la competición de Niza.

El resumen claro lo describe la frase que me soltó Marcos al juntarnos en un avituallamiento en torno al kilómetro 15 (en donde yo sufrí seriamente las consecuencias de una insolación). Sus palabras fueron... "que duro es esto".


Se trata de un ironman duro como me temía en el momento en el que me inscribí pues se juntan dos condicionantes que no se me dan muy bien por mi estructura física. Estos son el calor y una bici llena de montaña (tendida pero montaña larga, larga, larga).

Todos decimos que la natación en el ironman es un trámite pero lo cierto es que aunque fuí muy cómodo y no apreté en ningún momento no paré de jugar con los demás triatletas (2500-2700 apróximadamente en salida única) a golpecitos, saltitos por encima, cambios de dirección, búsqueda de boyas, etc. Es decir, todo muy divertido y entretenido.





La bici para empezar a los pocos kilómetros nos sorprende con una cuesta de unos 500 metros que la organización decía que era de un 10%, las guías de un 12% y los altímetros de los compañeros indicaban que ni uno ni otro sino un 16-18%. Así que empezamos bien con las descripciones de los mapitas. Los primeros 70 kilómetros de este segmento son eternos pues en el kilómetro 50, tras no haber dejado de subir del 21 al 49, comienza una subida con pendientes de 3,5% en 6km, 7% en 3km, 2% en 4km y 6% en 8 km lo que hace una suma total de 21 km de "puertecito" abierto al sol y a las espectaculares vistas que proporciona sus 1120 mts

de altura (recuerdo que empezamos a nivel de mar).


Todavía nos quedaban 4 tachuelitas más que subir y ya en torno al kilómetro 120 mi cuerpo no estaba muy católico y aparecía algún calambre en la zona de sartorio y recto interno de ambas piernas. Fueron las espectaculares bajadas y el control sobre los llanos lo que me llevaron hasta meta camuflando los síntomas de lo que me esperaba más adelante y que debería superar. Llegando a la zona de Niza fue cuando vi a Marcos ya corriendo y junto a él un asombroso Carlos. Ya comenté bajo estas lineas el tema de su rotura de fibras en el gemelo por lo que la idea inicial era que nadase, montase en bici y a animar. Pero, su gemelo le dejó ir renqueando en carrerita suave y terminar finalmente otro ironman más de los no se cuantos que ha hecho.



Antes de seguir aquí está el perfil del segmento ciclista.

Tanta subida puede machacarte la espalda y a mí me lo hizo aunque lo solucioné en los diez primeros kilómetros de carrera en los que me encontraba bien hasta que quise ir aumentando el ritmo momento en el que comprobé que mi respiración iba mermandose y el inspirar profundamente me oprimía el estómago. Ya no entraba igual la bebida y cada vez era más necesario mojarme. Fue en el kilómetro 15 en el que mi respiración era pobre, mi tez pálida y mi capacidad para seguir muy limitada.


Pedro (otro de nuestros finisher) me preguntaba días antes qué hacía cuando aparecían problemas en las pruebas de larga distancia. Mi respuesta es que en esos momentos hay que buscar la solución. No puedes lamentarte sino seguir y buscar la solución. Mi solución pasaba por... retirarme, andar-correr-andar-correr según pudiese o apostar por aparcar mi orgullo un ratito ponerme a andar e intentar reestablecer la normalidad en mi cuerpo.


Recordando la frase que siempre dice Mila (una de las compañeras del grupo de running y de natación) "resistir es vencer" y una de las frases del libro del ultrafondista Dean Karnazes "lo que importa en la batalla es lo que haces cuando aparece el dolor" opté por la tercera opción(hay que ver como se come el coco uno en esos momentos pero hay que hacer lo que sea para que el cuerpo no te engañe y se haga contigo).

Comencé a andar a ritmo, coincidí con Marcos que iba blanco pero fenomenal, me crucé con Carlos que con su carrerita de gemelo roto me animó a tener tranquilidad, me apróximaba a un avituallamiento y mi respiración se iba normalizando así como mi consciencia. Entré en un baño a orinar y ahí claramente me di cuenta de que mi respiración funcionaba, el sobrevivir a esos baños si que es de ironman, salí de él y al beber un vaso de agua sin problemas una sonrisa invadió mi cara y supe que estaba recuperado y que iba a terminar. Desde ahí lo único que tenía que hacer era tomarme una buena ducha para bajar mi temperatura y hacer esto en cada avituallamiento. Por casualidad una de las fotos de la organización fue tomada en el momento de esa gran ducha que me dí y que supuso el punto y final a mi crisis. (todavía se me ve un poco pálido en la imagen)

Las carreritas entre avituallamientos eran plenas de alegría interior y asombro al ver tanta gente cayendo por el calor y el agotamiento (no he visto un tri en el que cayesen tantos). Mi alegría se acentuó cuando me crucé con Pedro al que no había visto desde la bici y temía por que le hubiese pasado algo. Pero allí estaba en su camino a ser finisher.


Podía ir más rápido en las dos últimas vueltas pero no lo consideraba necesario yo ya había pasado mi desafío con la prueba y mi camino era el de ser finisher otro año más. Mientras seguía corriendo y la fatiga se adhería al cuerpo se iban sensibilizando y doliendo cada vez más las cicatrices de mi operación y es que ese día hacía diez meses que me encontraba en la cama de un hospital sin poder andar más de 20 metros, con una sonda por la nariz hasta mi estómago y la sombra de una tercera operación por culpa de dificultades en el postoperatorio.

No fueron muy rápidos los últimos 21 kilómetros pero no recuerdo una carrera en la que haya hecho estos sin perder la sonrisa y mantener una gran despreocupación por el crono y el puesto como ha sido en esta. Sólo disfrutando y agradeciendo tener la capacidad para superar estos retos y más.




¡FINISHERRRRRRRRR!

NIZA 2010






Gracias a todos los que habeis compartido estos meses de trabajo
poque también habeis sido participes de esta prueba.